Diseñar mejores estrategias, destacar sobre la competencia o conocer mejor a los clientes y a los propios productos son algunos de los beneficios que aporta la inteligencia artificial al desarrollo de las empresas y a su competitividad.
En la actualidad, se usa para automatizar procesos, programar máquinas para hacer tareas de alto volumen, en menos tiempo que los seres humanos; asimismo, para capturar y analizar información, incluso, para diagnósticos médicos precisos y a tiempo.
Para imaginar hacia dónde evolucionará la IA y conocer su poder transformador, el Encuentro DNN celebrado este martes reunió a expertos en la materia, quienes no solo hablaron de las ventajas sino también de las nuevas oportunidades que genera, así como de la ética y la responsabilidad que conlleva el uso de esta tecnología.
Alberto Monge, CTO de LIS Data Solutions; Stella Salvatierra, subdirectora de DATAI (instituto de investigación en Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial) y profesora de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra; David Aranguren, responsable de equipo de Tecnologías de la Información y la Comunicación en Proyectos Nacionales de Zabala Innovation; y Ángela Bernardini, responsable de Innovación y Transformación Tecnológica de Nair Center fueron los protagonistas de la mesa de debate en la que explicaron su percepción de la IA en el ámbito empresarial, señalando que su impacto en la economía y en la industria “es muy grande y afecta a un amplio espectro de empresas”.
El impacto de la IA en la industria
La inteligencia artificial está cada vez más presente en las empresas y es una realidad que su implantación esté revolucionando la sociedad pese a ser muy incipiente, como explicó Stella Salvatierra. “Estamos en fase de desarrollo y va a tener impacto en todos los aspectos de la sociedad”.
Su consumo generalizado indica que “ha venido para quedarse” y que nos dirigimos “hacia una profesión masiva de la tecnología que puede aportar soluciones específicas para los problemas que tenemos hoy”, aseguró David Aranguren.
Por ejemplo, la IA puede aportar muchas mejoras a la industria, como ocurre en el sector industrial. Los robots industriales utilizan el aprendizaje automático para mejorar la eficiencia de la producción y reducir los errores en la línea de ensamblaje con el fin de mejorar su capacidad de producción.
Además, la IA también se utiliza para aumentar las capacidades de estas herramientas y que puedan realizar tareas cada vez más complejas, desde la soldadura y el ensamblaje de componentes electrónicos, hasta una cirugía compleja con mayor precisión y control y procedimientos menos invasivos para el paciente.
El avance de esta tecnología se asoció durante el encuentro con la implementación de Internet. “Hace 25-30 años hablábamos de que Internet sería un bien de primera necesidad y con esto pasará lo mismo”, comentó Stella Salvatierra.
La realidad es que a día de hoy, la Inteligencia Artificial está llamada a convertirse en la piedra angular de Internet en los próximos años, y las grandes tecnológicas ya están tomando posiciones al respecto.
“Vamos a tener cambios en el tipo de negocio y, sobre todo, cómo se vende ese negocio. Cada empresa, de forma diferente, va a tener que aprender a adaptarse”, aseguró Ángela Bernardini. La IA está revolucionando los procesos productivos de las empresas y sus posibilidades se han incrementado de forma exponencial en tan solo unos meses.
Numerosas compañías de nueva creación ya han incorporado esta tecnología. Alberto Monje puso como ejemplo las firmas de moda que la emplean “para conocer el gusto de sus usuarios y poder anticiparse a las tendencias”.
Salud y tecnología
La inteligencia artificial (IA) ha dejado una huella significativa en numerosos campos, y la medicina no es una excepción. Con el avance de la tecnología y la creciente cantidad de datos médicos disponibles, la IA ha demostrado su capacidad para revolucionar la atención sanitaria. Desde el diagnóstico temprano hasta la investigación médica, la inteligencia artificial está brindando beneficios invaluables. Durante el encuentro DNN se exploró algunos de los beneficios médicos más destacados que la inteligencia artificial puede ofrecer, como explicó Stella Salvatierra:
“Se están haciendo muchas pruebas de salud mental y en este campo va a tener unas posibilidades bastante grandes. Existen diversas aplicaciones para mejorar y conocer mejor a los pacientes”.
Otra aplicación se da en la medicina de precisión, que se está convirtiendo en una realidad gracias a la inteligencia artificial. Los algoritmos de IA pueden analizar los datos genéticos de los pacientes y proporcionar recomendaciones específicas de tratamiento basadas en características individuales. Esto permite la administración de medicamentos más eficaces y personalizados, evitando tratamientos ineficaces o dañinos. Además, la IA también puede ayudar a los médicos a predecir la respuesta de un paciente a un determinado tratamiento, lo que permite ajustes más oportunos y precisos.
“La medicina personalizada es ya una realidad. Nosotros estamos trabajando en ello en la universidad”, contó la subdirectora de DATAI y profesora de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra, Stella Salvatierra.
Este argumento corrobora la apuesta de la Comunidad Foral por la medicina personalizada, uno de los ejes prioritarios de la S4, que sitúa a Navarra como una región pionera a nivel estatal en la aprobación de una estrategia integral en esta materia. De hecho, emerge como uno de los clúster biomédicos más dinámicos del territorio español y entre los campos tecnológicos con un índice de especialización muy elevado, destaca la química de alimentos, productos farmacéuticos y biotecnología.
Un potencial aún por explorar
El encuentro tuvo como objetivo dar respuesta a las preguntas más habituales que surgen a raíz de la implantación de esta tecnología. Por ejemplo, si los puestos de trabajo pueden verse afectados. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el 14 % de los trabajos en el mundo podrían estar afectados por la irrupción de la Inteligencia Artificial y es necesario ser conscientes de los riesgos que entrañan estas tecnologías para tener preparadas las respuestas para minimizarlos y gestionarlos con la máxima eficacia.
“Es cierto que hay riesgo pero también oportunidades. Va a transformar los trabajos pero a generar muchos otros”, afirmó Alberto Monje, quien además explicó que no siempre es posible ni deseable su incorporación en un empleo, ya sea por cuestiones de eficiencia, ética o legalidad.
Otra de las problemáticas presentes en este campo es la ausencia de una ley que lo regule como explicó Bernardini: “No tenemos legislación. Avanzamos tan rápidamente que es complicado que científicos y políticos se pongan de acuerdo, debido al avance que hay en tan solo unos meses”.
Ante la ausencia de legislación, el Parlamento Europeo ha presentado una propuesta de ley de Inteligencia Artificial, la primera en el mundo. La UE, que llevaba dos años preparando este texto, ha introducido cambios tras la inmersión de los últimos desarrollos de IA generativas, como ChatGPT o Midjourney.
Bernardini expuso que la propuesta de ley entrará en 2025 y prohibirá el despliegue de ciertas prácticas, como el uso de reconocimiento facial en lugares públicos”, esto es, todos aquellos algoritmos que clasifiquen a las personas de una u otra forma, y establece reglas básicas basadas en niveles de riesgo, que van desde “mínimo” a “inaceptable”.
La ley IA prohibirá los sistemas de identificación biométrica remota “en tiempo real” en espacios de acceso público; los sistemas de categorización biométrica que utilizan características sensibles (como la raza o el género); los sistemas policiales predictivos (basados en perfiles, ubicación o conducta delictiva pasada); los sistemas de reconocimiento de emociones en las fuerzas del orden, la gestión de fronteras, el lugar de trabajo y las instituciones educativas.
Asimismo, el cierre del encuentro, moderado por el periodista y presentador Alberto Guzmán, se centró en los retos a los que se enfrenta la sociedad ante la abrupta aparición de la tecnología artificial y la ausencia de un marco legislativo que la regule.
“Existen gran cantidad de desafíos éticos y es necesaria la cooperación entre gobiernos y empresas, aunque vayamos por detrás”, comentó Aranguren. Al hilo de este comentario, Ángela Bernardini, pidió a las instituciones transparencia para que expliquen los aspectos negativos de la IA. “Como responsable de Innovación y Transferencia Tecnológica pienso en todas las cosas buenas que nos puede aportar, pero como madre pienso en los peligros que existen para los menores, por eso creo que es necesario la divulgación y en que la sociedad sepa a dónde podemos llegar”. Y terminó: “el genio ya ha salido de la lámpara, no lo podemos parar pero si actuar para protegernos”.